“COMO VENIR DE RECOGER
SETAS”
Desde que volvimos de vacaciones,
tenía ganas de carrera. Más aun desde se han suavizado las temperaturas y he
vuelto a reencontrarme con ritmos y sensaciones. También quería probarme antes
del Maratón y no era la única que así lo pensaba; uno de los días que subimos a
la pista de atletismo, Dani le comentó al “Gran” Anto López que el próximo mes
de octubre correría la Maratón de Murcia y él le aconsejó que sería bueno hacer
alguna carrera antes, principalmente por quitarme el “gusanillo”, después de todo el verano y ver cómo me encontraba…
Así que echamos un vistazo, pero
nada nos encajaba. Hasta que encajó. El domingo 6 de septiembre Dani y algún
que otro máquina en esto del Trail, estuvieron reconociendo el terreno por
donde discurriría la carrera de Peña Rubia. En ese momento él (Dani) tampoco
tenía claro si, por temas laborales, podría correrla. Pero volvió con “órdenes de equipo”; La carrera puntuaba
para el Campeonato por Clubes y en la categoría masculina teníamos la representación
cubierta, pero en la femenina sólo estaba Belén y que quede claro que ella vale
por 3 e incluso 4 (es una auténtica máquina), pero claro, mínimo hacían falta 2
féminas/equipo para poder puntuar.
En cuanto Dani tuvo clara su
disponibilidad nos apuntamos. El equipo tenía representación en ambas categorías
y yo me quitaba el “gusanillo de las carreras” previo al Maratón.
No llegaba muy convencida. De
todas partes oía la dificultad que tenía la carrera y mi cuñado se dedicó,
durante los días previos, ha dejarme claro que la carrera se me quedaba “un
poco grande”. No tenía claro cómo respondería físicamente, pero desde luego,
mentalmente, iba preparada para lo peor. Como os digo, ya se había encargado Pepe
de mentalizarme. La opinión de Dani era contraria. Él estaba convencidísimo de
que podía terminarla sin problema; “No
vas a ganar la carrera, ni tampoco a marcarte un súper tiempo, pero tienes
resistencia de sobra para hacerla”, me repetía.
Con la prudencia de quien se enfrenta a un nuevo reto y la convicción
de tener capacidad para afrontarlo, me coloqué en el cajón de salida. Esta
vez no hubo tiempo para besos ni deseos de suerte… la salida nos pilló
desprevenidos.
No soy especialmente buena
saliendo, me cuesta arrancar. Es más hasta pasada una hora en carrera no
termino de sentirme cómoda, de modo que los primeros kilómetros, que coincidían
con la primera subida fueron, para mí, los más pesados.
Este primer tramo de carrera fue
el único en el que vi trasiego de gente, a partir de la primera bajada corrí, prácticamente en solitario. He de reconocer que el
primer descenso lo hice con miedo, miedo que me permití al tener aun las
piernas fuertes y ser capaz de frenar y parar. Echar el freno hizo que al
llegar al segundo avituallamiento me alcanzase una compañera. No fue la única
en darme alcance pero la menciono porque corrimos y charlamos hasta coronar la
segunda subida, ella bastante más ágil que yo.
Tras reponer fuerzas en el tercero de los
puntos de avituallamiento empezamos un nuevo descenso, que en mi opinión, fue
el más bonito. Se trataba de un terreno escarpado sin árboles y bastante
pronunciado. Como las fuerzas en las piernas iban disipándose, cada vez había
menos opciones para el miedo, así que esta vez bajé mejor y con más confianza.
Nada que ver con una pareja de máquinas que me adelantaron durante el descenso.
Increíbles. Por desgracia, la chica pisó fortuitamente una piedra que le hizo
caer. Con el comienzo de la siguiente subida les di alcance y prácticamente
juntos llegamos arriba. Afortunadamente, las consecuencias de su caída sólo
fueron unos cuantos arañazos y un golpe que no le impidieron seguir. Eu Gil,
eres una campeona ¡
Creo recordar que todo esto pasó
cerca del kilómetro 13-14, desde ese momento y en adelante fui sola, bueno sola
no… yo tengo un “monito cagón” que siempre
va conmigo, solo que ni se, ve ni hace ruido, como un auténtico Fantasma.
Continué bajando y luego subiendo
para volver a bajar, cada vez con menos fuerzas y también menos miedo, encarando
los descensos más a prisa de lo esperado, clavando los pies, deslizando y en
muchas ocasiones cayendo… Puedo decir
que yo en Peña Rubia perdí el miedo a las bajadas.
Debía ser el kilómetro 18 más o
menos cuando advertí que no me quedaba agua en los bidones y al pasar por uno
de los puntos de control y preguntar por el siguiente avituallamiento me dijeron
que aún me quedaba un rato, “¿más rato
aún? pensé”, no sé decir cuánto, pero había pasado mucho, mucho tiempo
desde la última parada…debían ser cerca de las 13.00 h y el sol situado en lo más alto
no ayudaba.
Me sorprendió que, antes de otra
de las subidas (la penúltima creo), un par de voluntarios me ofrecían insistentemente
botellines de agua de 2 en 2, e intentaban tranquilizarme diciéndome que
el avituallamiento sólido estaba al final del ascenso. Sólo cogí un botellín un
poco sorprendida ante tanta insistencia, pero al terminar la carrera lo entendí;
precisamente en ese punto no había agua
y los primeros corredores en pasar no tuvieron mi suerte, así que ante tanta queja, del todo justificada,
improvisaron un pequeño avituallamiento del que yo si pude beneficiarme.
No se puede ser tan rápido...
Pepe
Isidro
Dani (Hulk)
Christophe
Marco
José Alberto
Belén
De los últimos 4-5 kilómetros
(compuestos por dos subidas, un avituallamiento seguido de un breve llaneo y el
último de los descensos hasta Meta) recuerdo encontrar a mucha gente exhausta,
parada en medio del recorrido. De todos intenté “tirar” dándoles ánimo y de muy
pocos lo conseguí. Sólo un muchacho que me inspiró especial ternura (tendría la
edad de mi hermano) se levantó y me siguió hasta el avituallamiento. Allí le
perdí la pista. En ese mismo punto estaba Pablo de Footer Trotter (las fotos, todas suyas) que ya me
daba la enhorabuena.”Estás hecha una
auténtica jabata” me dijo…y llena de orgullo continué al trote.
Como me había pasado la carrera
esperando “la parte difícil con la que
no iba a poder” llegué al kilómetro 21 con más fuerzas que cualquiera de
los que habían por allí, y lo sé porque terminé adelantando a todo al que daba
alcance. Fresca, fuerte y feliz llegué a meta con cara de quien viene de recoger setas.
Como punto negativo, unirme a la
opinión unánime del desastre organizativo. Si, mucha señalización, mucho
voluntario y muchos puntos de control, pero no puedes dejar a los corredores
sin agua, y si me apuras sin comer. Veo del todo perfecto que familiares y
amigos se acerquen y disfruten de la comida, pero no a costa de tener a los
corredores esperando a pleno sol.
Por sorpresa y como recompensa al
esfuerzo resultó que Belén y yo conseguimos el segundo puesto femenino por
Club!!! Mi compañera que es una máquina
(2º puesto femenino de la carrera) hizo prácticamente todo el trabajo, a mi
me bastó con llegar. Grande Belén.
Belén recogiendo el premio de 2as clasificadas por equipos/cat. femenina.
Enhorabuena también al resto del
equipo (masculino). Que voy a decir de vosotros…Si es que no se puede ser más “pro”
¡!!
Gracias a Pablo de Footer Trotter
por compartir tu trabajo, fantástico como siempre, por tus ánimos y tu
presencia durante la carrera que siempre anima ¡
Gracias en especial a Dani por creerme capaz de todo.
No voy a decir que no fue una
carrera dura, he perdido varias uñas como consecuencia y las
agujetas de estos días me impiden andar con normalidad, pero cuanto la
disfruté y que bien me sentí al terminar!!! Y es que yo, los fines de semana soy
champiñona, y entre semana entreno para serlo.
Nos leemos después del
Maratón.
L.
A Fantasma,